Se trabajó un concepto contemporáneo, femenino y de boutique con una imágen más internacional para atraer a una clientela más exigente y conocedora.
Los colores utilizados, negro, blanco y fucsia, son los mismos que tiene el logo y así crear coherencia dentro de la marca.
Dentro de los requerimientos iniciales estaban el dejar una gran cantidad de espacio de almacenaje, espacio de exhibición de productos y crear un ambiente moderno. Todo el mobiliario fue diseñado a la medida, así como las lámparas colgantes, respondiendo a la funcionalidad de la tienda y al comportamiento de los clientes. Y para hacerla más accesible, se abrió por completo la fachada por medio de puertas corredizas, rompiendo con el estigma de que toda tienda debe tener una puerta de ingreso. De esta forma, la tienda entera se vuelve una vitrina y está "abierta" para recibir a todos los clientes.
Foto: Leonardo Izaguirre |
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